En un comienzo, el mundo fue creado por Dios, y fue perfecto hasta que Satanás entró en el corazón de Eva y luego Adán, ahí comenzó una era de batallas entre el bien y el mal. La tierra fue el campo de batalla, y por aquí se vieron desfilar toda clase de criaturas, ocurrieron las peores tragedias y los mas grandes milagros.
Hasta ese entonces, bastaba con unos pocos hombres para igualar fuerzas contra el mal, representado por grandes líderes y sus súbditos, hasta que Dios le dio carne a su hijo Jesús, y lo envió al campo de batalla a combatir.
Y fue Jesús, el verbo hecho hombre, quien ganó la guerra por los hombres con Amor.
Después de él, el mundo vivió en un balance de fuerzas, aunque como siempre bastaron unos pocos buenos para contraponer la maldad de sus enemigos.
Así fue hasta que el infierno se aburrió de siempre perder; envió sus ejércitos y armas a pelear en la tierra.
Aquí comienza esta historia, una que no tiene un pronto final, donde el mal domina la tierra y el bien, casi sin justificación alguna, deja su esperanza puesta en uno que fue hombre, fue humano, tuvo corazón y una vida, pero que ahora no tiene nada… será suficiente???
Si un demonio logra recuperar su humanidad por si mismo, nada es imposible.
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